viernes, septiembre 22, 2006

El desempleo sigue ganando terreno

El INEGI dió a conocer las cifras del desempleo abierto para el 2005-2006 - No debe sorprendernos, el panorama develado no resulta muy halagueño para la administración del presidente Fox. Cito a la editorial de El Financiero del día de hoy, 22 de septiembre.

El desempleo

En materia social, el balance sexenal sobresale por sus números rojos que, para el próximo gobierno, son una pesada herencia. Prácticamente no hay cambios de calidad en materia del combate a la pobreza; y en términos de empleo, el rezago es abrumador porque a lo largo de los últimos seis años apenas se crearon las fuentes laborles que se requerían para un periodo de 12 meses y la actual administración de gobierno aún no concluye. El INEGI informó que en agosto el desempleo abierto representó el 4.03% de la Población Económicamente Activa (PEA), el promedio más alto en 13 meses, lo que significa que al menos un millón 770 mil personas del país carecen de una fuente segura de ingresos. La cifra es mucho mayor (4.9%) si nos concentramos en los centros urbanos, y peor si se agrega a los subempleados. Hacia adelante, el problema es preocupante porque este indicador muestra que la economía nacional no sólo no está generando los empleos que exige la dinámica poblacional, sino que ésta se agravará ante la inminente desaceleración estadounidense. Cumplir su oferta del empleo, será una tarea cuesta arriba para el nuevo régimen, más si no cuenta con el apoyo del sector empresarial, hasta ahora reacio a invertir en mano de obra.

Esto nos muestra claramente, una vez más, que el sistema económico sustentado en el neoliberalismo puro, que venimos sufriendo y acentuando desde 1982 (y que aparentemente nos llevará hasta el 2012) no tiene las respuestas para hacer crecer al país. Y esta editorial no hace más que meramente rasguñar en un asunto realmente sustantivo: En lo amañada y eufemista que es la cifra. Con desempleo el INEGI se refiere a quien, estando en edad y condiciones de producir, trabaja menos de una hora a la semana. Claro está, esto excluye por mucho a los (muy trabajadores) supervivientes de la economía informal, que cada vez crece más.

Lo bueno (?) es que cambiamos de jinete, pero no de caballo (aunque el pobre esté ya arrastrando la barriga), y que si seguimos por este camino, mañana México será mejor que ayer.